El dólar era tan bueno como el metal áuero. Bastaban 35 billetes verdes (a una tasa de cambio fija) para obtener una onza de oro. Este papel tendría que estar siempre amparado por su equivalente en metal. Esta disponibilidad era limitada y en resultado, implicaba un límite en la creación del dinero en papel.
Los déficits de las cuentas estadounidenses con el exterior (por comprar mucho más de lo que vendían al mundo) acumulados por varios años, les significaron ver cómo rápidamente sus arcas comenzaron a vaciarse, pues países como Francia demandaron se les entregara el oro que les correspondía por los dólares que poseían. Si Nixon no hubiera hecho ese decreto, EUA se hubiera quedado sin un gramo de oro, ya que estaban quebrados y no podían pagar. La manera en que ésto ahora funciona es como cuando juegas "Turista" en México o "Monopoly", ¿se terminaron los billetes? no hay problema, creamos copias y listo...a seguir la fiesta.
En estos momentos, el dólar está más devaluado de lo que estaba ayer. Como divisa internacional, cada día se debilita más. Está claro que los gobiernos tienen mucho que ver en la percepción que se le da a los metales preciosos. Los medios de publicidad tienen tanta fuerza, que hacen creer a la gente cosas absurdas, tales como las palabritas de Obama: "los mercados bajan y suben. No importa lo que diga una agencia de calificación. EUA es y será siempre un país tripla AAA". ¡Ah! ¡No me digas! O peor aún, Ben Bernanke, presidente de su banco central (Fed) diciendo "el oro no es dinero". Con la misma desfachatez que Nixon, cuando humilló y rebajo de calidad al oro, de ser dinero a solo "materia prima".
Después de 40 años, el "oro que no es dinero" y ese metal que es sólo "materia prima", siguen ridiculizando al débil dólar. Si antes 35 de ésos papelitos valían lo mismo que 31.1 gramos de oro (una onza) y ahora necesito mas de 1,800 de esos papelitos verdes para tener la misma cantidad de ese metal...es muestra obvia de que todo "dinero" impreso en papel regresa a su valor original: cero.
Una cosa es cierta, la historia demuestra que, cada vez que se hacen experimentos de éste tipo, tienen los mismos finales tristes: el dinero en papel siempre termina autodestruyéndose. Así que el mensaje es claro: a 40 años el rey no ha muerto. ¡Viva el Rey Oro! ¡Viva!Después de 40 años, el "oro que no es dinero" y ese metal que es sólo "materia prima", siguen ridiculizando al débil dólar. Si antes 35 de ésos papelitos valían lo mismo que 31.1 gramos de oro (una onza) y ahora necesito mas de 1,800 de esos papelitos verdes para tener la misma cantidad de ese metal...es muestra obvia de que todo "dinero" impreso en papel regresa a su valor original: cero.
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